viernes, 23 de enero de 2009

El liberalismo y sus héroes

Los Padres Fundadores sabían que un gobierno no puede controlar la economía sin controlar a la gente. Y ellos sabían que cuando un gobierno se propone hacer eso, debe usar la fuerza y la coacción para lograr sus propósitos. Así que hemos llegado a un tiempo para elegir.


Ronald Reagan fue un hombre controvertido. Frases suyas inundan los argumentos de sus defensores y de sus detractores pero hoy no me he resistido a comenzar la entrada con sus propias palabras. Él, que empezó como Demócrata; acabó siendo de los más recalcitrantes Republicanos pero...¿a qué se debe esta evolución política? Ronald Reagan fue, probablemente, uno de los presidentes republicanos más liberales que hayan pisado jamás la Casa Blanca. Defensor de negros en su juventud, sindicalista en su madurez y demócrata liberal durante toda su vida. Famosa es también su alocución decidida frente al 'macartismo' y a la 'caza de brujas' que vivía Hollywood en el momento en el que él vivía del séptimo arte.

Logró restaurar la economía californiana, hacerla prosperar, plantar cara a los desordenes estudiantiles y seguir coherente con su filosofía política de evitar cargas innecesarias a todos los ciudadanos californianos. Cierto es que hubo que aumentar la presión fiscal moderadamente para equilibrar el presupuesto pero, al mismo tiempo, las "Reaganomics" como se empezaban a conocer, revitalizaban la economía californiana y la devolvían a su puesto del Estado más rico de los EEUU. Ya era inevitable que Reagan pensase en el asalto a la Casa Blanca.

Grandes errores como apoyar a Barry Goldwater -responsable de haber convertido al PR en el nido de paleoconservadores que anteriormente era el PD- o frases desafortunadas en su etapa como Gobernador de California no pueden oscurecer su brillante etapa presidencial, tras desbancar a Jimmy Carter. Sus logros de estabilizar la economía -Paul Volcker incluido, para los forofos de Obama-, relanzar el orgullo americano y poner en pie la seguridad nacional han sido ocultados y denostados bajo la tremenda maraña de errores que tuvo y hay que reconocer. A saber: Granada, Irán, Nicaragua y el impresionante déficit público que deslució toda su anterior política económica, caracterizada por la excelencia de un crecimiento continuo de siete años.

Me niego a mandar a Reagan al cajón de los liberales 'malos' que siempre han querido destruir al pobre y crear un lumpenproletariado. Me niego porque es falso. Me niego porque no considero al Estado como un señor que nos debe trabajo y limosnas a todos nosotros. Me niego porque se ha visto el fracaso del keynesianismo económico. El avejentado héroe que con puño de hierro y guante de seda lideró los índices de popularidad en su país y guió a toda una nación al despertar de una nueva época, como humano que era, cometió fallos. Hay quienes se enorgullecen de dictadores como Lenin o Hitler, de ineptos como Chavez o ZP. Yo me enorgullezco de alguien que sacó adelante a su país.

Muchas cosas a mejorar en el mandato de Reagan, por supuesto. El desmantelamiento de los sistemas públicos de educación -aunque con éste deberíamos tener una cierta revisión tendiendo al modelo sueco- y sanidad no eran necesarios; lástima de haber olvidado en su momento una de las principales premisas liberales: paz, paz para producir, comerciar y prosperar. Pese a ello, seguirá siendo un faro para todos aquellos que creemos en la libertad, un futuro mejor y el trabajo constante de toda una vida para la prosperidad.

Como despedida de alguien que vive en un país con un 14% de paro, donde la 'crisis' no existía hasta hace 4 meses; me despido de nuevo con palabras de Reagan. ¡Viva la Reagan revolución!

"Una recesión es cuando tu vecino pierde su empleo. Una depresión es cuando tú pierdes el tuyo. Y recuperación es cuando Zapatero pierde el suyo"

2 comentarios:

Miguel dijo...

¿Para cuándo el panegírico del conde-duque de Olivares?

Saludos

Soria dijo...

Otro grande de la Historia. :P