miércoles, 28 de enero de 2009

Sí, liberales en España (II)

Escribo con el estómago vacío, manzanilla y una manzana. Hoy estaré más cascarrabias que de costumbre -si cabe-.

Terminaba ayer reclamando, para todo liberal español que así lo fuese, la herencia de todos los que lucharon en el pasado por una España más moderna. Hoy no puedo sino echarme las manos a la cabeza, desesperarme y preguntarme por qué en este país seguimos -y seguiremos- cometiendo siempre los mismos errores de siempre. Ora en la función pública, ora en el ámbito privado. Hoy, sin embargo, lograba leer que el Supremo no reconocía la objeción de conciencia para EpC. Una nueva derrota del individuo frente al Estado.

De ello hablaré mañana, hoy echaré mi bilis -no sé si es la mejor comparación tal y como estoy- de nuevo sobre los liberales en España. Por qué existieron lo hablamos ayer y lo repito hoy: quisieron modernizar España. Hoy entro en el terreno de lo puramente político, de la actualidad y de lo desesperante que resulta, a veces, ser liberal en un país que reclama las máximas libertades para el individuo y luego se echa a la mínima en brazos del Estado protector y despilfarrador.

Es una lástima que en este país no exista un partido verdaderamente liberal. Ayer analizábamos que Esperanza Aguirre, pese a lo comentado por Solana y contestado magníficamente por "De Frómista a Kyoto" no es una política liberal. Más bien, podría ser el paradigma de neoconservadurismo que se impuso durante los 80 y los 90 en los principales partidos conservadores anglosajones: política liberal económica y un conservadurismo social tintado de declaraciones como "los homosexuales también tienen derecho" -¡quién lo dudaría!- y del famoso "no me resigno". El resto, puro márketing de 'lideresas' impulsado desde la COPE o LD. Ser liberal implica una actitud mucho más profunda que privatizar y soltar burradas por la boca.

Laicidad del Estado. Habitualmente esto es "la ofensiva ateizante", ¡cómo si obligásemos a la gente a apostatar, abjurar de toda religión conocida y convertirse en un desflorador de monjas! No, no. El Estado laico es para garantizar la absoluta igualdad de todas las religiones mediante la vía de negarles cualquier privilegio -que no ningún derecho- y no seguir la actual vía de privilegios 'a puñaos' para todas las religiones y que ninguna se queje. Mi pregunta es simple: ¿por qué un Estado de todos los españoles debe mantener relaciones privilegiadas con la Iglesia Católica? No me valen las estadísticas, la política se hace con principios y no con encuestas. La pregunta es, ¿qué razón es la que impulsa dicha relación? ¿Cerceno el derecho de algún católico al solicitar que se le nieguen privilegios que un luterano o un musulmán no tendrían? ¿Qué justifica, en el probable caso, que las religiones tengan un trato de favor? A veces no entiendo cómo existe temor ante una exigencia que se mueve desde ámbitos muy reducidos y, como se puede comprobar en las manifestaciones, a las que acude gente muy beata y muy tradicional. ¿Es la gran masa de los españoles así? No.

Libertades civiles. Libertad y no libertinaje. Eutanasia, aborto, etc. Son derechos positivos, no implican a terceras personas en ningún momento y nos negamos a ellos por sistema, aún sin saber a ciencia cierta por qué. El caso de la eutanasia es el más sangrante y se merece una entrada aparte pero, ¿por qué limitar a la persona la plena disposición de su vida, basándose exclusivamente en criterios religiosos? La ley sobre la eutanasia no crearía, como me han llegado a aducir, que la gente matase a sus seres queridos. Entre otras cosas porque la decisión recaería sobre el propio individuo en un testamento vital. ¿A alguna beata le ofende que yo desee que me desconecten si caigo en un estado vegetativo irreversible? Yo creo que no, ¡y no debería! Sobre el aborto...pues me quedo con la opinión de "A bordo del Otto Neurath": el ser humano tiene una probabilidad del 33% de engendrar a un hijo de su cigoto. Una familia con cuatro hijos habrá abandonado por el camino a ocho seres vivos. ¿Cómo se puede ser tan asesino?

En este país de la pandereta y olé, la gente seguirá a Dios rogando y con el mazo dando. Tenemos que soportar una 'izquierda' que ni es izquierda ni es nada; a unos derechistas dominados por los restos de un tradicionalismo casposo y sin implantación -éste y no el liberalismo, ver mi entrada anterior es el que no tiene sustrato en la España de hoy- que frenan las ansias emancipatorias de toda una Nación. Ni los unos ni los otros han apostado jamás por la verdadera libertad del individuo. La sociedad totalitaria adopta varias formas, desde la revolución soviética hasta la teocracia católica, pasando por el impagable 'buenismo' pseudoprogre en el que vivimos hoy en día. Malos días para la izquierda racional y el liberalismo.

martes, 27 de enero de 2009

Sí, liberales en España (I)

Debería estar ahora mismo leyendo atentamente a Galdós, pero una vez he leído la última entrada de Catón me he sentido impulsado a escribir. Reconozco que me ha tocado la fibra sensible. :P

Decir que los liberales asumieron el papel progresista en una España conservadora es ignorar la historia reciente de un pueblo que se ha visto obligado a soportar guerras civiles reaccionarias, revoluciones estalinistas y una soporífera dialéctica 'izquierdista'. Fueron las Cortes de Cádiz probablemente las más democráticas, las que dieron una abrumadora mayoría liberal a todo un pueblo que tenía un sufragio universal. No hubo aliados extraños ni caciquismos. Fueron los patriotas liberales, representantes del futuro y la modernidad española quienes controlaron aquellas Cortes, ¡y todavía fueron condescendientes con el anquilosado absolutismo!

Fue el primer destello de la luz liberal. Una Constitución refrendada por algo más de 300 españoles de ambos hemisferios, elegidos 'democráticamente' y que, tristemente, fue derribada por las ansias reaccionarias de un rey tonto que le tocó sufrir a la nación.

No fueron los liberales los que medraron, precisamente, bajo el refugio franquista. La tecnocracia era en su mayor parte del Opus Dei, y si bien aplicaron reformas económicas en sentido liberal -en una pequeña parte. No creo que el desarrollismo sea precisamente liberal- su conservadurismo social y rigidez analítica caracterizaron lo que fue un lejano anticipo de los 'halcones' neoconservadores que sobrevolarían durante los 80 y los 90 bastantes de los Gobiernos mundiales. Exceptuemos a Reagan, héroe liberal falsamente destrozado por la historiografía falsamente progresista, reproductora de los peores tópicos de nuestro Siglo.

Cierto es que en España, las élites políticas que han dirigido los partidos políticos del espectro "del centro" o de centro-derecha se han autocalificado como liberales, huyendo del calificativo de "derechista" que no debería tener ningún matiz peyorativo. Hasta ahí estamos de acuerdo, calificar ahora bien a todo liberal como un acomplejado de la derecha es hablar en profundo desconocimiento de la ideología, basarse en prejuicios ideológicos y reproducir el tópico marxista de "liberal/capitalista=rico burgués". Aquellos que se denominan liberales y son en realidad conservadores son fáciles de calar: mucha política económica liberal -ni eso, el proteccionismo o la política paternalista existen- y poca política social liberal.

Sin embargo el meollo está cuando Catón trata al liberal verdadero como medio progre. No, un liberal total es un progresista por definición, opuesto al conservadurismo por antonomasia. Ningún liberal puede considerarse conservador y si lo es, no es liberal. Sin embargo la carcajada me conquista definitivamente cuando el hombre liberal, aquel que cree en la más absoluta de las libertades y sitúa al individuo por encima de esa masa gris y anodina que es "la colectividad" es un abortista, un ateizante (¡!) y poco le falta para querer ir quemando Iglesias y violando monjas.

Mañana me extenderé más, pero no Catón. No tienes razón. Somos los herederos de los ponentes de la Constitución de 1812, de Riego, de los mártires que perecieron a manos carlistas incluso tras el honrado perdón de Vergara. Somos los herederos de los demócratas que lucharon por una monarquía democrática primero y por una república de todos los españoles después. Somos herederos de Salmerón, Melquíades Álvarez, Alcalá-Zamora y de los que, bajo Franco, se negaron a acomodarse al régimen y lucharon contra él para hacer de España una democracia de todos por igual. Hemos sufrido durante dos siglos la opresión de los que salían a la calle con el "¡vivan las caenas!" y de los que salían a matar a la monja y al cura. Nos han acusado de masones y antiespañoles pero como Moratín o Bécquer, Ortega o Ayala saldremos victoriosos y seremos reconocidos. Otros sólo pueden declararse herederos del Manifiesto de los Persas, del carlismo más rancio y, si acaso, de Renovación Española. Todo y nada queda dicho.

viernes, 23 de enero de 2009

El liberalismo y sus héroes

Los Padres Fundadores sabían que un gobierno no puede controlar la economía sin controlar a la gente. Y ellos sabían que cuando un gobierno se propone hacer eso, debe usar la fuerza y la coacción para lograr sus propósitos. Así que hemos llegado a un tiempo para elegir.


Ronald Reagan fue un hombre controvertido. Frases suyas inundan los argumentos de sus defensores y de sus detractores pero hoy no me he resistido a comenzar la entrada con sus propias palabras. Él, que empezó como Demócrata; acabó siendo de los más recalcitrantes Republicanos pero...¿a qué se debe esta evolución política? Ronald Reagan fue, probablemente, uno de los presidentes republicanos más liberales que hayan pisado jamás la Casa Blanca. Defensor de negros en su juventud, sindicalista en su madurez y demócrata liberal durante toda su vida. Famosa es también su alocución decidida frente al 'macartismo' y a la 'caza de brujas' que vivía Hollywood en el momento en el que él vivía del séptimo arte.

Logró restaurar la economía californiana, hacerla prosperar, plantar cara a los desordenes estudiantiles y seguir coherente con su filosofía política de evitar cargas innecesarias a todos los ciudadanos californianos. Cierto es que hubo que aumentar la presión fiscal moderadamente para equilibrar el presupuesto pero, al mismo tiempo, las "Reaganomics" como se empezaban a conocer, revitalizaban la economía californiana y la devolvían a su puesto del Estado más rico de los EEUU. Ya era inevitable que Reagan pensase en el asalto a la Casa Blanca.

Grandes errores como apoyar a Barry Goldwater -responsable de haber convertido al PR en el nido de paleoconservadores que anteriormente era el PD- o frases desafortunadas en su etapa como Gobernador de California no pueden oscurecer su brillante etapa presidencial, tras desbancar a Jimmy Carter. Sus logros de estabilizar la economía -Paul Volcker incluido, para los forofos de Obama-, relanzar el orgullo americano y poner en pie la seguridad nacional han sido ocultados y denostados bajo la tremenda maraña de errores que tuvo y hay que reconocer. A saber: Granada, Irán, Nicaragua y el impresionante déficit público que deslució toda su anterior política económica, caracterizada por la excelencia de un crecimiento continuo de siete años.

Me niego a mandar a Reagan al cajón de los liberales 'malos' que siempre han querido destruir al pobre y crear un lumpenproletariado. Me niego porque es falso. Me niego porque no considero al Estado como un señor que nos debe trabajo y limosnas a todos nosotros. Me niego porque se ha visto el fracaso del keynesianismo económico. El avejentado héroe que con puño de hierro y guante de seda lideró los índices de popularidad en su país y guió a toda una nación al despertar de una nueva época, como humano que era, cometió fallos. Hay quienes se enorgullecen de dictadores como Lenin o Hitler, de ineptos como Chavez o ZP. Yo me enorgullezco de alguien que sacó adelante a su país.

Muchas cosas a mejorar en el mandato de Reagan, por supuesto. El desmantelamiento de los sistemas públicos de educación -aunque con éste deberíamos tener una cierta revisión tendiendo al modelo sueco- y sanidad no eran necesarios; lástima de haber olvidado en su momento una de las principales premisas liberales: paz, paz para producir, comerciar y prosperar. Pese a ello, seguirá siendo un faro para todos aquellos que creemos en la libertad, un futuro mejor y el trabajo constante de toda una vida para la prosperidad.

Como despedida de alguien que vive en un país con un 14% de paro, donde la 'crisis' no existía hasta hace 4 meses; me despido de nuevo con palabras de Reagan. ¡Viva la Reagan revolución!

"Una recesión es cuando tu vecino pierde su empleo. Una depresión es cuando tú pierdes el tuyo. Y recuperación es cuando Zapatero pierde el suyo"

jueves, 22 de enero de 2009

Hoy no me apetecía...

...pero que sirva de adelanto para mañana.



Explicación: mañana.

martes, 20 de enero de 2009

20 de enero de 2009

Una fecha que entrará en los libros de la Historia de la mano del 4 de noviembre: el día en que el primer hombre negro lograba culminar el sueño de Martin Luther King y llegaba a ser el Presidente de los Estados Unidos. Nuestros hijos estudiarán este proceso, pero no sólo porque Obama sea negro, o simplemente porque sea un exotismo histórico -lo que hay que oír-.

Obama llega a la Presidencia con un discurso de trabajo, de esperanza y basado en el esfuerzo de todos y cada uno de los norteamericanos. ¡Qué bien le haría a España un discurso gubernamental así! Pero de eso ya hablaremos otro día.

En definitiva, un día histórico. Un día para la esperanza y la ilusión aunque, como Obama mismo adelantó; el camino no estará exento de frustraciones y decepciones. Es este un día para recordar y tener en cuenta en el futuro próximo de nuestro planeta.

lunes, 19 de enero de 2009

A latigazos: Francisco Granados

Paco, tío; que te han pillado. Hay que joderse para cometer el mismo error que cometieron Nixon y González y encima hacerlo en Madrid, para investigar las corruptelas de los 'sociatas'. Parece que se nos haya subido a la cabeza el tener la mayoría absoluta y nos montamos nuestro propio 'Servicio de Información' y, Paco, que las cosas no funcionan así. ¡Tanta vara con la batalla ideológica que nos da el 'pesao' de Casado (no renuncio a meterme hoy con él, que era mi objetivo inicial) y ahora nos la traicionas tú! ¡Tú, fidelísimo paladín de 'la lideresa'!

El caso es que esto sobrepasa la "defensa de partido" y el cierre de filas que se podría establecer a tu alrededor, Paco. Que el propio Gobierno te haya echado la mierda encima y te haya dejado a tu suerte dice mucho de que el tema no es un bulo que se haya inventado 'El País' -aunque reconozco que cuando lo escuché esta mañana, lo pensé- para derribarte, Paco. Pero lo que yo me pregunto es, ¿a qué aspirabas, tío? Se te llenó la boca, justificadamente, de palabrería indignada cuando saltó a los medios la trama de Coslada pero...¿y ahora? ¿Acaso no tenemos derecho los ciudadanos a ser protegidos por la Policía y no a ser investigados por una moderna 'Gestapo'?

Estoy a la espera de que vayamos conociendo más información, en mi recóndito espacio de 'hooligan' pepero -que día a día se reduce más, ah...- aún tengo confianza en tí, Paco. Tengo confianza en que salgas mañana, como todo un político de raza y desmontes esa acusación. Que enardezcas a la gente con tu oratoria y denuncies la conspiración de la izquierda trasnochada y 'buenista' del PSOE y medios que se califican de alternativos y se quedan en meros panfletos de tres al cuarto. Ahora bien, si no lo logras...

No existe peor político que el que no reconoce sus errores y el que, aún habiendo sido destapado, no dimite. Ya sabemos que en este país no dimite ni Dios haya robado, extorsionado o matado y que saldrá del cargo con los pies por delante pero...¿se puede tolerar este ataque a la libertad de la ciudadanía en caso de que sea cierto? No, Paco, no se puede. Mira que habértela jugado así...

En fin, esperaremos a que todo vaya saliendo con más claridad en los periódicos aunque, como decía el proverbio turco, ¡nadie tiene amigos cuando cae! Cúbrete las espaldas, Paco Nixon.

sábado, 17 de enero de 2009

Competencia para tontos

Hoy es sábado y, claro; uno piensa sobre la competencia. Muchos diréis, "este tío es un friki que se aburre y piensa en la competencia los sábados noche". En realidad, mucha gente lo hace y aplica un comportamiento natural y sano para la economía como es aplicar las leyes de la competencia.

En estos sábados por la noche en los que la juventud española sale de fiesta, la visita al "chino" de turno es casi obligada en muchos casos. La compra del alcohol para la fiesta sólo se puede realizar en dichos establecimientos y, este comporamiento juvenil es el que cumple, en muchos casos, el comportamiento previsto por el liberalismo. Cuando al adquirir, pongamos, el whiskey, la Coca-cola, los vasos y los hielos; el precio es X; el grupo de amigos lo paga sin ningún problema.

Cuando llega un día y el precio de tal grupo de cosas es X+10, los grupos de jóvenes lo buscan el próximo fin de semana en otro "chino" esperando que, aunque el precio haya subido no sea de X+10 sino de X+3, o de X+4. Esto es así porque el grupo tiene la libertad de elegir dónde acudir a por su bebida, cuándo y cómo hacerlo, sin ningún tipo de restricciones impuestas por un pacto entre empresas...o por el Estado.

El ejemplo, aunque ridículo, ilustra la máxima que guía al individuo: buscar lo mejor, al precio más barato posible, con la mayor de las comodidades posibles. En el sistema de libre competencia, dada la diversidad de establecimientos que venden bienes parecidos. La gente no busca un precio bajo sin probabilidades de que baje más -aunque con la certeza de que tampoco subirá más- sino que busca una comparación de precios y, a partir de ahí, compara la relación calidad-precio y elige libremente dónde dirigir su dinero. En esa relación no interviene nadie, sólo el vendedor y el comprador. Este último tiene el poder, sobre todo, de forzar al "chino" en cuestión rebajar el precio si no quiere ver cómo gotea la pérdida de clientela.

En estas interacciones sociales un mercado regulado frena la libertad de aquel que está en su derecho de decidir dónde colocar su patrimonio. Las barreras a la libertad económica no son sino el paso previo a las barreras a la libertad social.

miércoles, 14 de enero de 2009

Jueces

Qué puñeteros se ponen con la huelga, ahora, los jueces. ¡Y eso que lo hacen con preaviso! En fin, por si no hemos tenido de sobra en estos últimos años con huelgas como las de los secretarios judiciales, transportistas -culmen del corporativismo social que aceptamos-, la encubierta de Iberia, las sucesivas de los servicios de basura cuando se acercan las fiestas patronales...Y ahora, incluso uno de los poderes del Estado medita lanzarse a la huelga.

Imagináoslo, es como si los políticos un día decidiesen dejar de ir al Congreso -aunque bueno, algunos ya lo hacen- o como si Zapatero se negase a asistir a reuniones internacionales porque no está agusto en las condiciones en las que trabaja. Bien es cierto que los políticos tienen sus dietas y su 'sueldazo' y que Zapatero hasta tiene casa y seguro que la presión a la que está sometido bien le merece el sueldo que perciba. Ahora bien, ¿pueden los jueces irse a la huelga como si de una empresa cualquiera se tratase?

Cuando la Constitución reconoce entre derechos fundamentales de los ciudadanos el de la Justicia, ¿cómo se puede defender el ciudadano ante la ausencia de jueces en ejercicio El Artículo 24 de nuestra Constitución, por ejemplo, consagra que "[...]no se podrá producir indefensión...o dilación indebida[...]". En caso de que la huelga de jueces sea masiva -si se llega a convocar-, ¿cómo se defenderá a los ciudadanos? ¿Cómo se judicializará el día a día? Preguntas con una clara respuesta: los jueces NO pueden ir a la huelga.

A pesar de ser un derecho reconocido constitucionalmente, en situaciones como esta debemos tener en cuenta las repercusiones directas sobre el ciudadano medio. Es comprensible que la Judicatura desee acudir a la huelga cuando sus pretensiones deben de ser juzgadas por un tío como Bermejo, espanto de cualquier jurista. Es cierto también que los jueces trabajan en condiciones deplorables e indignas para profesionales de su talla, que la financiación es ínfima y que en general, el sistema está al borde del colapso. Que una sentencia judicial pueda ser emitida en un plazo cercano a los años es suficiente para ver la situación.

Eso no evita que los jueces no puedan acudir a la huelga. Sus pretensiones deben ser escuchadas y tomadas en cuenta para aligerar el sistema desbordado. Ahora bien, el ciudadano, como principal receptor de los servicios dados por la Justicia en el uso de un derecho constitucional no puede consentir que ese derecho se le suspenda, bajo ninguna manera.

Quizás ahora De la Vega debiera asumir su otrora defensa del derecho de los jueces a ir a la huelga. ¿Son sólo los controladores los que pueden hacer caer a un Gobierno?

lunes, 12 de enero de 2009

A latigazos: Patxi López

A latigazos azotaban antes a los que eran indignos hombres, atentaban contra la disciplina militar o quebrantaban las leyes. El vulgo admiraba el espectáculo con morbosa admiración o los camaradas castrenses con un respetuoso silencio. Yo, que a veces me gusta irme a mi pompa medieval de noble ricachón -y me olvido del campesino jodido- voy a recuperar esos latigazos para esos indignos de la política, la sociedad y hasta del fútbol -oh, Drenthe- o, simplemente, de quien me pase ese día por la cabeza. Que para eso escribo en el blog -u os torturo, como queráis-.

El caso es que andaba yo hoy tan feliz con mi familia cenando en frente de 'la tele' cuando salta la noticia de Patxi López diciendo, ufanamente, "que no se debe judicializar la política". A la cara desencajada al ver los cojones que tiene un tío que aspira a ser Lehendakari -con serias probabilidades de lograrlo- para decir tal barbaridad le sigue una gran indignación. Yo, que soy un pobre súbdito de este país decimonónico en el 90% de ocasiones, estoy sujeto a la posible "judicialización" de mi vida en caso de que cometa algún delito. Los políticos, igual.

Otra cosa es que a Patxi, tan contagiado ya del espíritu vasquista y tocapelotas que caracteriza a cualquier Lehendakari le mole recuperar esa tradicional idea del foralismo territorial y social. Los políticos, como nueva clase nobiliar, no pueden ser "judicializados". Sólo en caso de que roben al vulgo o traicionen al Rey -sea ZP o Rajoy o el que venga-. Al fin y al cabo, ¿por qué íbamos a querer "judicializar" la vida política? ¿Para qué censurarla, criticarla, controlarla?

Ay, este país, tan capaz de sorprender a todo el mundo e incluso a sí mismo con logros de toda índole y después, capaz de soportar estoicamente a una clase política grisácea e incluso contumaz. Cutre y casposa, por utilizar la locución. Qué coñazo de políticos, en serio. Si ya de por sí es deprimente que un tipo como Patxi López pueda llegar a ser Lehendakari -aunque después de Ibarretxe-Spok, todo es posible- más deprimente es que aspire a colocar a la 'clase política' por encima del Poder Judicial salvo para casos flagrantes e imposibles de ocultar a la opinión pública.

Ay, Patxi, ¡quién te pudiese dar unos latigazos como Dios manda que de verdad creasen controversia! De momento confórmate con haber sido fustigado en este blog, que poco a poco prenderá la mecha. Eres un tío gris, Patxi, gris y, encima; socialista.

jueves, 8 de enero de 2009

Vergonzoso

Prometo editar después la entrada y escribir más extensamente sobre todo esto pero, por Dios, ¡qué infumable escrito de Pepiño con el que nos deleita hoy!

¿De verdad este hombre es el segundo más importante del PSOE? ¡¿De verdad?!

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Un millón más de parados en lo que va de año.

Zapatero, 26 de abril de 2008, Comité Federal del Partido Socialista Obrero Español:

"La primera, que hoy tenemos un fortalecimiento de la protección, de la cobertura del desempleo, que alcanza el 80%, y que se ha mejorado en este período, y que además tiene detrás la fortaleza de nuestras cuentas públicas.

Y en segundo lugar, que al peor previsión de paro que podemos tener por delante será siempre una previsión de paro mejor que la que mejor que tuvo el PP en la legislatura pasada."

Jueves 8 de enero de 2009: déficit público rondando el 1% del PIB, tasa de desempleo del 13'4%, 800.000 afiliados menos a la Seguridad Social -en relación directa con lo que hablábamos ayer- y promesas de que en marzo saldremos adelante.

Demasiadas mentiras e ilusiones destrozadas en apenas nueve meses de segunda legislatura zapateril. Con un desempleo disparado y la Seguridad Social en caída libre tenemos a los sindicatos dóciles y adormecidos, a los empresarios más preocupados en luchas intestinas y a los políticos peleándose por si Aznar ha dicho tal cosa o aquella otra. Un país, en definitiva, donde seguimos por inercia, por el impulso tomado en la última década de esplendor y brillo aparente.

No sé ya qué decir, qué hacer ni qué pensar cuando veo que el PSOE sigue por delante en las encuestas después de ver como día sí y día también antaño prósperos comercios cuelgan el cartel de "Se vende". No sé qué pensar cuando Esperanza Aguirre sigue en sus cuchilladas con Gallardón en vez de ponerse a trabajar para atajar en la medida de lo posible el desempleo madrileño. No sé qué pensar cuando el PP nacional sigue en babia, proponiendo medidas razonables que no llegan a oídos de la gente. ¿Tendrá algo que ver que demos una 'batalla ideológica' cuando la gente lo que quiere es oir soluciones y hechos concretos?

La desazón me invade y me corroe. El país se nos derrumba y nosotros seguimos aquí, felices, viendo caer un cascote sobre otro. Nuestro único consuelo y remedio es comprar desaforadamente en rebajas -por favor, que no haya deflación- y que nos guste lo adquirido. Al fin y al cabo, algunas dependientas -dependientes para las mujeres- son bellas, buenas personas y un buen partido para cuando la crisis escampe.

Y nosotros seguiremos aquí, viendo llover, con la eterna sonrisa de Mr. Bean o con el impagable rostro bonachón y avejentado de Rajoy. Ellos pueden tener un traje para cada día de la semana, vivir sin preocupación por llegar a fin de mes y debatir tranquilamente en el Congreso. ¿Y el empresario que cierra porque le atosigan los impagados? ¿Y el trabajador que se queda sin trabajo y finiquito de la noche a la mañana? No son casos lejanos, por desgracia.

Viva la inercia, el derroche y la burocracia. Creemos cuatrocientos organismos de combate para la crisis que al final, como siempre, seremos nosotros; humildes súbditos de la gerontocracia española -rancia- quienes con pico y pala, sudor y esfuerzo, salgamos de la crisis. A los emprendedores, gracias. Al estoico anónimo que acude a las 5 de la mañana a la oficina del INEM esperando cobrar el subsidio de desempleo y con suerte, encontrar trabajo; muchas más.

miércoles, 7 de enero de 2009

¿Tan lejos tenemos el timo?

Tras un par de semanas haciendo el vago y montando digresiones en mi cabeza que no llegan a ninguna parte hoy llega el día de ponerse a trabajar de nuevo con todo lo que ello conlleva. Incluso recuperar la actividad intelectual aunque sea progresivamente. El caso es que hago balance de estas Navidades y aparte de regalicos y cosas así me centro un poco en la actualidad socio-política. Se nos muere el hijo de John Travolta, estalla una nueva guerra en Oriente Medio, un tipo estafa decenas de miles de millones de dólares en Estados Unidos y, como es lógico, toda la gente se echa encima del tipo en cuestión. ¡Robar es algo que no se perdona nunca! Lógicamente, como cualquier hombre de bien que aspire a tener el beneplácito de lo políticamente correcto, se debe criticar la falta de vigilancia del sistema; los errores que sólo pueden ser subsanados por el Estado...etc.

En elmundo.es podíamos encontrar incluso un artículo llamado "Más de cien años de timo piramidal" y, ojo, ¡nos viene al dedo! Efectivamente, en España llevamos sufriendo de un modo u otro más de cien años de un timo piramidal que no tiene un fin previsible a corto plazo. El timo nacía bajo Gobierno liberal -dentro de lo que cabía en el liberalismo español de la época- en 1902: el embrión de la actual Seguridad Social, el Instituto Nacional de Reformas Sociales. El Instituto, encargado de evaluar la situación de la masa trabajadora española instauró entre otras cosas un organismo que precisaba de una suerte de cotización obligatoria que garantizaba un seguro en la vejez (el Instituto Nacional de Previsión en 1908), siguiendo el modelo de la política social germana bajo época de Bismarck.

A lo largo de varios años permaneció como un organismo más pero con la llegada de Francisco Franco al poder y las ideas estatistas del Gobierno, la importancia de la Seguridad Social aumentaba conforme lo hacía en otros países europeos como el Reino Unido, que en 1942 creaba el Instituto Nacional de Salud o la política social hitleriana, que se caracterizaba por proteger especialmente a mujeres y niños -otro cantar era la población calificada como 'no aria', claro-. Así, el timo europeo por excelencia se propagaba como un virus aplaudido por derechistas y por izquierdistas, defendido por incluso los llamados liberales. Todo con tal de no caer en garras de la URSS, en la posguerra europea.

Así hasta nuestros días, en los que la Seguridad Social permanece como vaca sagrada de las democracias occidentales. Siempre que se realizan propuestas sobre la viabilidad o no del sistema social adoptado por Europa se rehúye el análisis crítico sobre la situación -de absoluta inviabilidad en el medio plazo- y se centra el mensaje más bien en un mensaje político, fácil de ser vendido. Todo por mantener el timo cuanto más tiempo, mejor. Pero, ¿qué similitudes posee el timo de Madoff con el timo institucionalizado? Absolutamente todas. El timo de Madoff se sustentaba gracias a que nuevos incautos picaban y colocaban su dinero en la empresa de Madoff. Ese dinero inyectado servía para pagar a los que lo habían colocado anteriormente. El sistema de la Seguridad Social es el mismo. Cualquier tipo de cotización en la Seguridad Social es utilizada para pagar a los que comenzaron a trabajar hace cuarenta años o para los que tienen algún tipo de minusvalía. Lejos de ir acumulando dinero que es nuestro y está titulado a nuestro nombre, el sistema se funda sobre la premisa de que 'alguien', dentro de cuarenta años, cuando estemos plácidamente jubilados, pagará lo que nos corresponde. ¿La única garantía? La palabra del Estado y de un 'contrato' con él, al igual que establecemos un contrato con una aseguradora privada o con una agencia de inversión.

Ahora bien, ¿qué ocurrirá cuando la pirámide de población se encuentre invertida? Hace apenas diez años se decía que hasta 2030 no habría problemas de cotización, que la proporción entre cotizantes y jubilados debe ser de un mínimo de 1'38 y que el porcentaje sobre el PIB debía ser de un 10'1%. Hoy en día, gracias a la masiva inmigración y al aumento de en casi 5 millones de puestos de trabajo el mercado laboral, la proporción destinada al pago de las pensiones está en torno al 8'6% -aunque esto es una quimera que analizaremos en otros posts- pero según estudios del Banco de España, en el 2050 la proporción deberá alcanzar el 15'7% del PIB para que el sistema sea sostenible.

Aunque ya lo he mencionado en alguna conversación, el objetivo de una política liberal no debe ser la eliminación del sistema de Seguridad Social y dejarlo absolutamente en manos privadas como la necesaria reforma para hacerlo dinámico, eficaz y verdadero mecanismo de redistribución de riqueza y consagramiento de los frutos de toda una vida de esfuerzo y trabajo. En este sentido, el modelo a seguir debe ser el tomado por Suecia en los años 90, con un modelo trinitario de reparto, capitalización y mínimo asegurado. Con una implantación progresiva en un plazo de diez años -aprovechando la crisis actual- el sistema debe avanzar hacia una contribución mínima al sistema de reparto que se complemente con una contribución por capitalización en consorcios de jubilación que coloquen los activos recibidos en fondos de renta fija con rentabilidad asegurada en el largo plazo. Para todos aquellos que por diversas cuestiones no hayan logrado cotizar por minusvalías físicas o de cualquier otra índole así como por bajas de maternidad o invalidez existe el fondo asegurado que percibirá cualquier trabajador; como una especie de pensión no contributiva.

La crítica fundamental que se plantea al modelo sueco o a un camino que desemboque en un modelo donde el sistema por capitalización esté reconocido públicamente, haciendo de ello un sistema universal y garantizado es que el déficit que se generará por la inversión demográfica es posible de asumir vía impuestos. Evidentemente, el déficit es asumible vía impuestos si estamos dispuestos a pagar, dentro de cuarenta años, hasta la mitad de nuestro sueldo sólo en cotizaciones a la Seguridad Social para mantener una ratio eficiente. Si el objetivo es freír a impuestos a la población, claro que es asumible. Si todos los españoles desean llegar con un 50% menos de lo que cobraban a fin de mes, claro que es asumible. Eso sí, luego todos podremos disfrutar de nuestra pensioncita -nada de lujos burgueses- que nos garantice nuestra subsistencia y, así, habremos logrado que se cumpla la inexorable Ley de Bronce de Ricardo gracias, precisamente, a la intervención estatal.

He tenido que oír todo tipo de críticas a un sistema trinitario al estilo sueco. Desde la supuesta destrucción de la esencia del sistema hasta teorías neomalthusianas que sugieren que un descenso de la población no estaría mal del todo para eliminar paro estructural y déficits varios -sin ir más lejos, en la web de la CGT- y una vez tras otra se han ido desmontando a golpe de estadística, ejemplos prácticos y hasta la propia realidad. Aún hoy en día los únicos argumentos para defender el modelo único de reparto en la Seguridad Social se basan en prejuicios -no necesariamente malos- ideológicos y justificaciones clasistas que se alejan del beneficio general de la sociedad.

PD: Disculpadme por el tocho infumable que he escrito. :P