miércoles, 26 de noviembre de 2008

Congreso Regional NNGG - Capítulo 1: Ponencia Política

Ponencia política con varias polémicas -Salario Mínimo: ¿sí o no?- y con ese discursito de marras que el sábado tuve que oir toda la mañana. 'Batalla de las Ideas', la gran batalla rodeada de discursos grandilocuentes y, la mayor parte de las veces, repetitivos, huecos, enardecidos en ocasiones, aburridos de solemnidad en otras. Para que lo diga alguien con una nula capacidad de enardecer a las masas y que escribe truños como este blog, ¡tiene delito!

Pero bueno, al fin y al cabo, existía debate y democracia interna. Varias decenas de enmiendas se presentaban y se llegaban a acuerdos con los ponentes. Estabamos asistiendo a un ejercicio de consenso en el seno de la organización y eso es algo loable, digno de tener en cuenta, dado el apagón informativo de los medios al respecto tras lanzar la bomba de la polémica. Yo, que no tuve mucho acceso a la ponencia política -no pertenecía a la comisión de trabajo de la misma ni tenía el texto delante para ver cómo iban las enmiendas- no pude seguirla a fondo pero sí que estuve en dos momentos cumbre del debate y la votación. Matrimonio homosexual y centralización de la Educación.

El matrimonio homosexual fue el café de la mañana. Dormilaba yo en mi asiento mientras mi compañero me daba codazos para despertarme o me preguntaba alguna cosa cuando, de repente, oigo una enmienda que 'llega viva' al Congreso: matrimonio homosexual. La gente se mira, se yergue en sus asientos y a todos nos asalta un cierto gusanillo en el estómago. ¿Quién ha sido el suicida que presenta una enmienda a favor del matrimonio homosexual en un Congreso de NNGG dominado por una mayoría neoconservadora? Pronto se despejaban las dudas. Un miembro de la agrupación de Pozuelo -creo que era esa agrupación- subía al escenario y comenzaba a defender el matrimonio homosexual. Algunos, como yo, escuchábamos atentamente. Otros, según parecía, se limitaban a hacer bromas sobre 'la pluma' que tenía el enmendante. Su defensa, coherente. Al fin y al cabo, si somos un partido liberal y tenemos que dar la batalla de las ideas, ¿qué sentido tiene negar la equiparación de derechos y obligaciones de la unión entre personas del mismo sexo bajo la palabra matrimonio? Aparte de todo ello, su inclusión bajo la palabra matrimonio no supone ningún menoscabo de la Constitución o una perversión de la misma. Los ponentes defendieron la redacción original aduciendo que el partido tenía tramitado un recurso contra la ley y que sería ciertamente paradójica la situación. Llegaba la votación: por la mínima, ganaba el 'no' a la enmienda. A la bajada del valiente, aplausos para él.

La centralización de la educación fue el punto glorioso del mediodía. La ponencia moría y todos estábamos ya pidiendo la hora para, como buenos futuros políticos, acudir a la cafetería a comentar lo buena que estaba aquella morena, alcoholizarnos y, de paso, cotillear un poco sobre 'dirigentes'. Justo ahí los ponentes cambiaban su tono de voz y daban paso a otra nueva 'enmienda viva': centralizar la educación. Yo, que de nuevo había levantado la cabeza, miraba a mi alrededor. La gente permanecía inexpresiva y el enmendante realizó una buena defensa alegando lo absurdo de tener 17 sistemas educativos distintos en un mismo país. Los ponentes, sorprendemente, se negaron ¡aduciendo que fue Aznar quien descentralizó la educación! Pero, ¿somos un partido dogmático en el que no cabe la disidencia? Evidentemente, si no es NUESTRA disidencia...Al fin y al cabo, tras seguir manteniendo lo insostenible los ponentes llegó la hora de la votación: todo el auditorio votó favorablemente la enmienda salvo unas dos o tres abstenciones. Resultado: abrumadora derrota de los ponentes -que no de la ponencia- y aplausos prolongados en el auditorio.

El resto de la ponencia fue...pues eso, lo que es una ponencia de una organización política. Enmiendas que se retiran, que se aceptan, que se transaccionan y que no conoceremos hasta comparar texto original y texto definitivo. A ver si lo cuelgan de una dichosa vez y os lo puedo comentar brevemente.

En general, sensaciones conformes a las esperadas: bastante apertura democrática y una importantísima tendencia de liberalismo social que comienza a sentirse poco integrada en el partido y que tarde o temprano reclamará que se le oiga. Una ponencia hecha a la medida de los actuales líderes del PPdeMadrid -telita si Rajoy pierde las europeas y las gallegas de nuevo...- y que ha sido enriquecida con los militantes. Queda por ver si ha sido un batiburrillo de compromiso o si de verdad se ha cargado con compromiso ideológico y programático a una organización que arrastra el sambenito del 'pijerío' y 'seguidores del Opus Dei'. Así nos va en la verdadera batalla que tenemos que dar: la de la comunicación.

Buenas noches.

PD: Un saludo a los que me siguen desde el comienzo, a los que se incorporan poco a poco y a los que me siguen y no me dicen nada hasta hoy mismo. Gracias.

martes, 25 de noviembre de 2008

Liberalismo y PP (y NNGG)

En España el sustrato liberal es, cada vez más, importantísimo en la mayor espina dorsal de la sociedad; de esa sociedad media que sustenta a los partidos políticos y que rehuye de amiguismos 'culturetas' y de intelectuales de medio pelo.

Es cierto que desde la mitad del Siglo XIX -y el defenestramiento del liberalismo radical en España- éste se ha ido metamorfoseando bajo distintas formas: progresismo complaciente, regeneracionismo tras el desastre de Cuba y ya en etapa de debate histórico y político; la República bajo el PRR e incluso bajo algunas posturas de IR. Ese proyecto histórico se ha encontrado con la frontal oposición de no sólo la Iglesia -que al fin y al cabo, es lógico- sino de amplias líneas de las élites intelectuales; tremendamente polarizadas en espectros ideológicos antagónicos. Carlistas e isabelinos, monárquicos y republicanos -de tendencia eminentemente socialista, sin despreciar en ocasiones el liberalismo- y, finalmente; entre fascistas y frentepopulistas. España evidencia, entonces; la estrategia frentista de una sociedad casi siempre tan fracturada...

En la época de la Transición ningún partido recogió plenamente el liberalismo perdido tras un paréntesis enorme de treinta y nueve años -tanto en el bando 'demócrata' como en el bando fascista- y la sociedad española perdió dicho referente para centrarse en 'el socialismo' y 'los populares'. La izquierda y la derecha; posteriormente: centro reformista (¿?).

Hoy en día la sociedad es liberal. No lo digo yo así, porque sí; porque sea liberal y me guste. La sociedad es liberal porque cree eminentemente en las libertades individuales -derechos humanos, eutanasia, aborto, separación Iglesia-Estado, etc- y porque cree en la libertad económica. Poca gente cree en no poder tener la libertad de emprender un negocio, poca gente cree en no poder decidir qué, cuándo y cómo comprar lo que desee.

Hoy, el PP; por mucho que intente dar esta 'batalla de las ideas' da una batalla neoconservadora. El ultraliberalismo económico -poco pragmático, pese a que comparta ciertos objetivos a medio y largo plazo- no se ve aparejado en un sentido social del liberalismo. Se ha hecho una lectura interesada de los libros de cabecera de aquellos que teorizan sobre el liberalismo, asistimos en definitiva, a la perversión del liberalismo a manos de quienes menos creen en él como método de superar las desigualdades sociales y lo utilizan para darse un aura de respetabilidad.

Debemos recuperar -porque soy de NNGG- esa esencia utilitarista, pragmática y coherente del liberalismo. Asumir el progresismo como herramienta de análisis de los problemas que nos ocurren hoy en día, huyendo del 'buenismo' -falso progresismo de la izquierda cerril- y, por último; plantear una serie de soluciones que atiendan a los adjetivos anteriores a la sociedad. Ni más, ni menos.

Buenas noches.

PD: Sigo recordando lo del Congreso de NNGG. Las sensaciones fueron correctas. Mañana más.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Congreso Regional NNGG: Preludio

El otro día acudía a la sede. Teóricamente íbamos a repartir unos cuantos panfletos sobre la discriminación a la que Zapatero somete a Madrid, iba a venir un cargo importante a la mesa de los trípticos...En definitiva, iba a ser algo de pura acción política y de contacto con la gente. (Si la gente fuese civilizada en este país, incluso se podría hablar de debate en la propia calle). Total, bufanda al cuello y con ese cierto hormigueo en el estómago que, aún joven e iluso, tengo cada vez que participo en la vida política de este país.

Tras la convocatoria nos dirigimos a una cafetería donde estuvimos tomándonos algo -no hemos repartido aún los folletos, el "importante dirigente" se retrasa...- y allí estuvimos charlando un ratillo sobre cosas absolutamente ajenas a la propia vida 'del partido'. Se agradece. Al fin, una horita después de la convocatoria oficial, llega el "importante dirigente" acompañado de gente de la agrupación de Carabanchel. Era Pablo Casado, Presidente de Nuevas Generaciones de Madrid. ¡Vaya, pues no está mal!

Nos dirigimos a la sede local -ya damos por perdida la misión política, aunque es cierto que el día anterior había sido convocada más gente para repartir, aunque yo no pude asistir- y allí vimos cómo se presentaba la ponencia de Estatutos de Nuevas Generaciones de Madrid; ponencia redactada por unos cuantos compañeros de la agrupación. Todo normal hasta que toma la palabra Pablo Casado y yo, que nunca le había oido hablar, me mostré interesado e incluso receptivo -estado en el que suelo estar poco frente a políticos profesionales-.

El hombre comienza a hablar, habla de la juventud, de nuestros problemas -bien, buen camino, me gustas Pablo, sigue así- pero...¡ay! No todo podían ser rosas y babas cayendo al suelo; había que volver a la dura realidad. "Nuevas Generaciones no puede ser sólo una organización juvenil". ¿?. Pero...si somos jóvenes, lo primero que nos importa, más allá de cualquier otro tema puramente político e incluso dialéctico, es la propia satisfacción de nuestras necesidades inherentes: vivienda pública de alquiler con opción a compra, ocio nocturno, planificación familiar, educación no obligatoria y universitaria, acción política en el campus, empleo joven...Bien es cierto que varias de estas políticas deben ser integrales y afrontadas desde un prisma totalizador pero...¿y las viejas reivindicaciones del ocio joven? ¿Y ese aura de transgresión, ruptura de la juventud respecto al "aparato"? Ninguna sociedad ha avanzado significativamente sin oposiciones reales al aparato vigente -esto ha sonado tan marxista...- y ninguna lo hará. Esto lo podemos llevar al propio partido.

Pablo Casado es un excelente orador. Ciertamente posee una buena presencia y no usa ese lenguaje retorcido y tecnócrata que tan poco gusta -la prueba más fuerte soy yo mismo- así que empezó a hablarnos de una "revolución", de un "mundo que se abre ante nuestros ojos" y que está liderando, cómo no, Esperanza Aguirre. Primer movimiento incómodo en la silla.

Tras introducir a Esperanza Aguirre en la ecuación, siguió hablando sobre el liberalismo que se respira en Madrid, esta fuerza joven que ha votado abrumadoramente por Esperanza Aguirre -no lo pude comprobar, estuve buscando datos aunque le otorgo el beneficio de la duda-, que si tenemos que dar la batalla moral a la izquierda...Segundo movimiento incómodo en la silla. A partir de aquí, el discurso se convirtió en un sumo ejercicio de dialéctica, de contraposición entre izquierda y la amalgama extraña de adjetivos que utilizó para denominar a Nuevas Generaciones. Liberales, gentes de derechas, jóvenes, aquellos, los otros...(Probablemente en todos y cada uno de los adjetivos tenga muchas razones para ser incluido en la lista).

En un momento de la discusión dada desperté del tedio de ese discurso de confrontación, de salir a la calle; que tan buenos frutos le dió al PSOE hace cinco años y que hoy está quemado -básicamente porque la gente tiene otras prioridades muy distintas al salir a la calle con pancartas y dejarse guiar por cuatro cerdos al estilo de Orwell-. Esa estrategia no tiene sentido. La juventud, harta; quiere ideas, frescor, innovación, estilo, liderazgo y a alguien que le escuche. Probablemente Pablo Casado tenga esa cara de líder joven y sin pelos en la lengua, pero alguien que pone como icono de un 'sociata' -para entendernos- al Ché Guevara o a Stalin es que, o se ha encontrado con los más cazurros del PSOE o es que no tiene ni pajolera idea de en qué época estamos viviendo.

Seguir teniendo dicha concepción de 'la izquierda' como ese ente maligno, igualitarista y de tintes soviéticos es, simplemente, seguir viviendo en los dos primeros tercios del Siglo XX. Es seguir viviendo bajo Churchill y Stalin, bajo Eisenhower y Kruschev, bajo Reagan y Brezhnev. No, no tiene sentido en un mundo donde los conceptos 'derecha' e 'izquierda' se desdibujan cada vez más en favor de conceptos mucho más concretos y definidos como 'libertad de comercio', 'estado del bienestar' o 'derechos civiles'. La sociedad es mucho más compleja.

Aclarada esta larga -y pesada, lo reconozco- introducción sobre Pablo Casado; paso a comentar la propia Ponencia Ideológica de Nuevas Generaciones.

En un primer lugar uno lee 'liberalismo' por doquier y a poco que se le incluya un cierto mensaje social y de avance en los derechos civiles, a mí me calaría hasta el tuétano. Sin embargo si leemos entre líneas vemos cómo ese liberalismo no es sino el liberalismo conservador del neoconservadurismo. Meritocracia, sí; pero mantenimiento de la monarquía. Corrección política, no; pero pasamos de puntillas sobre temas como el aborto o la eutanasia. ¿En qué quedamos, pues?

Más allá, entonces, de la palabrería de la meritocracia, la libertad individual, los ataques al paternalismo que cualquiera firmaría sin pensárselo dos veces; entramos en la propia 'chicha' de la ponencia ideológica. En ocasiones este documento parece redactado para mayor gloria y divinidad de Esperanza Aguirre lo que no me genera sino cierto desencanto. En otros momentos el libro parece el libro de noche de Reagan, lo que me genera sentimientos encontrados.

Es triste que la igualdad de oportunidades sea entendida en la Ponencia Ideológica como el 'derecho a hablar en castellano en el territorio nacional'. ¡Joder, claro que sí, faltaría más! Pero...¿y el acceso para la gente menos adinerada? ¿Y las becas de atención social? El propio Pablo Casado se mostraba en contra de las becas entonces...¿en qué quedamos?

Por último comentaré el punto 38 de la Ponencia. El controvertido del SMI. (Puedo comentar cuantos queráis, sólo tiradme de la lengua y lo hablamos y, mañana cuando vuelva del propio Congreso, comentaré los puntos que queráis). Esa alusión al SMI como creador de inflación y de desempleo. Pues...esto que...sí y no. Está claro y es admitido por todos los economistas que un salario mínimo demasiado elevado generará destrucción de empleo en todos aquellos puestos de trabajo que generen una riqueza inferior al propio pago establecido por el SMI pero, más allá de eso, ¿qué ocurre con la defensa del nivel adquisitivo de los españoles? El problema, al fin y al cabo, no es el SMI. Quien más quien menos acaba ganando mucho más de lo fijado en el SMI. El problema aparece en las deducciones en el IRPF, en los Seguros Sociales, en los Derechos Pasivos, en las Cotizaciones a la Seguridad Social -fruto de un sistema de reparto completamente obsoleto-, en los impuestos que paga el empresario por tenerte empleado...El problema no es un mecanismo de defensa frente a posibles abusos empresariales como la excesiva carga fiscal al que se ve sometido el fruto de nuestro trabajo. ¿No lo han pensado nuestros chicos de NNGG?

En definitiva. Mañana acudo con esperanza y con desencanto, con ganas y absolutamente pasivo al Congreso Regional. Sólo espero que no se limite al lucimiento de caras bonitas y que en los posibles debates que surjan sobre las enmiendas; se escuche, se tome en cuenta y se integre. En caso contrario, seguiremos ahondando en la herida de una organización que cada vez más se asemeja al Imperio Galáctico -guiño a los seguires de la Fundación- en sus días de gloria. Espero que su fin no sea similar.

jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Qué habría pasado...

...si la petición fuese de signo completamente contrario?

Ahí lo dejo. ¿Qué opináis vosotros?

lunes, 17 de noviembre de 2008

Como decíamos ayer

No soy rico, millonario. No soy un pobre, un proletario y ni siquiera llego a la mágica clase a la que muchos desean pertenecer del lumpenproletariado, con ese aura de romanticismo y de sufrimiento cristiano. No, en lugar de ello soy un blogero más, perteneciente a esa clase media de españoles y de occidentales que forma la espina dorsal de los países. Y como decíamos ayer, al tercer día resucitó.

No me gusta volver a tratar temas de los que ya he hablado, bajo ningún concepto. Tampoco me gusta entrar en polémicas 'bloggeras' porque suelen conducir a ofuscarse en un mismo tema y tender a desoír argumentos. Esta vez lo intentaré, y lo intentaré con un análisis en profundidad más allá de los lugares comunes -qué mala es la globalización, macho; si es que sólo crea pobreza- y del griterío que se suele encontrar entre 'trolls' de ambos lados: los furibundos de la globalización y los furibundos de levantar nuevas barreras económicas entre los países. Como decía 'Anónimo', no menciono en ningún momento los beneficios de un mundo capitalista 100%. Evidentemente no los menciono, porque en ese mundo, salvo excepciones como Cuba, Venezuela en proceso y algún otro país alejado de la mano de Dios que haya por ahí; vivimos en un mundo capitalista. Pero no, yo no aspiro a algo ya logrado; yo aspiro a un mundo global, a un mercado global y a un mundo sin fronteras de ninguna clase.

Y como entiendo que la apertura de las fronteras y el derribo de las mismas sólo es posible gracias a una globalización que respete nuestros derechos económicos y sociales, soy un defensor a capa y espada de la globalización, ¡pero no de la que vivimos actualmente! A pesar de sus logros, hemos de ahondar en ella. Y me limitaré a nombrar varios de dichos logros.

Xavier Sala i Martí -tan listo en lo económico y tan perdido en lo político- en "The World distribution of Income: Falling Poverty and Convergence Period" -podéis leerlo aquí en inglés- demuestra que el número de pobres en los años 80 se cifraba en 1.200 millones de personas, cuando la población mundial total en dichos años se estimaba en torno a 4.400 millones de personas lo que daba un preocupante porcentaje de un 27% de población en bajo el umbral de la pobreza. Veinte años después, asistimos a la no menos preocupante existencia de 800 millones de personas en el umbral de la pobreza bajo los 6.000 millones de seres humanos que somos ahora aproximadamente. El porcentaje se ha reducido en 14 puntos hasta el 13% de pobres mundiales. Desde los años 80 a nuestra época se ha asistido al derrumbe de importantísimas fronteras económicas mundiales -la caída del Bloque Soviético, la apertura del sudeste asiático y de Hispanoamérica, etc- y la definitiva emergencia de potencias regionales como Sudáfrica, Brasil o la India llevan aparejados, necesariamente, su mayor integración en los mercados internacionales. De hecho, en los quince países con mayor libertad económica destacan países como Chile, Hong Kong y Singapur; países cuya décila demográfica inferior no posee un poder adquisitivo neto inferior a 7.000 dólares anuales -según datos del Informe Anual sobre Libertad Económica en el mundo del año 2004- lo que supone un poder adquisitivo mucho mayor que países adalides del socialismo del Siglo XXI como es el buque insignia venezolano, cuyo poder adquisitivo per cápita se sitúa, en el año 2008 se sitúa en aproximadamente 8.500$ de promedio, lo que no supone un alejamiento demasiado significativo si tenemos en cuenta que para el año 2008, Chile supera en algo más de 1.000$ el poder adquistivo de Venezuela, hasta situarse en los 9.879$ anuales por cabeza.

Sin embargo, pese a ejemplos regionalizados, la globalización es mucho más que una mera discusión de cifras y de competiciones entre países para llegar a tener un PIB per cápita mayor -al cual realmente tendríamos que sumar gastos en sanidad, transferencia de rentas del Estado, etc. y, evidentemente, no tengo los recursos para tal ingente trabajo de estadística-. Realmente, esto se traduce en si la globalización crea pobreza, crea riqueza y si la distribuye eficazmente -aunque la distribución de la riqueza es un tema polémico del cual debemos replantearnos las bases-. Para muestra de ello, dos botones.

China, una de las peores dictaduras del mundo -que abrace el libre mercado no implica que se deba aplaudir la defenestración de derechos fundamentales- sin embargo ha sido paradigma en su desarrollo económico a merced de la apertura comercial. En 1920, más del 40% de su población sobrevivía con menos de un dólar al día. En el año 2000 -a falta de datos más recientes- dicho porcentaje se ha reducido a un 4%. Si lo analizamos a nivel regional, con datos del Banco Mundial y su informe del año 2002 sobre evolución histórica de la pobreza desde 1981, mientras que en Asia del Este y el Pacífico el porcentaje de población que sobrevivía con menos de dos dólares al día se ha reducido de un BRUTAL 84'8% de la población a un 40'7%. Aunque esa cifra de gente sigue siendo importante -países como Birmania, Vietnam o Camboya siguen oponiéndose cerrilmente a abrirse al comercio internacional aunque tímidamente los dos últimos hagan progresos en dicha dirección- es significativo ver cómo se ha reducido a la mitad, y si sólo realizamos la estadística con el porcentaje de gente con menos de un dólar al día, en 1981 existía un total de 57'7% de personas con menos de un dólar al día -el umbral establecido como pobreza extrema por la propia ONU- mientras que a fecha del 2002 el porcentaje se redujo hasta un 11'1%.

Por contra, la pobreza ha aumentado principalmente en países del África Subsahariana, precisamente aquellos que dilapidaron los cientos de miles de millones de dólares durante los cincuenta, sesenta y setenta hasta embarcarse en fratricidas guerras post-coloniales, sin favorecer la existencia de la seguridad jurídica -por no existir, no existe ni seguridad sobre la propia vida- y siendo los verdaderos paraísos de la corrupción mundial.

Y si hablamos de la propia distribución de la riqueza, no podemos evitar hablar de Corea del Sur. Desde 1980, este país del sudeste asiático se ha ido incorporando progresivamente al circuito internacional comercial con el resultado de especializarse en productos electrónicos y en la industria automovilística -ambas con un importante valor añadido potencial-. Así, en la década de los 70, Corea disfrutaba de un PIB per cápita aproximadamente de la mitad del que disfrutaba México -la época dorada del populismo del PRI-; país tradicional a ser incluido en el Primer Mundo. Treinta años después, en el año 2000, el PIB de Corea del Sur duplicaba al de México -siendo la economía mejicana unas de las que a mayor ritmo ha crecido en los últimos años, si bien hasta la NAFTA no se incorporó plenamente en las estructuras comerciales internacionales-. A datos del año presente, Corea del Sur disfruta de un PIB per cápita de 19.750$ mientras que, al contrario, México se estanca en los 8.478$ tras sus reticentes posturas respecto a la integración comercial regional.

Nada de esto, sin embargo, es posible defender sin un retorno a la globalización del Siglo XIX tan denostada por 'Anónimo'. En un estudio histórico observamos cómo las fronteras nacionales no adquieren su verdadero sentido de límite del tránsito humano hasta la Gran Guerra, en la que las disensiones económicas posteriores al brutal reordenamiento político y económico mundial no promovieron dicha visión de poner coto a las migraciones humanas. A lo largo del Siglo XIX, sin embargo, la exportación de mano de obra de Europa a regiones del Nuevo Mundo fue constante -algo que explica la elevación del nivel de vida del obrero europeo desde la segunda mitad del Siglo XIX-. Al contrario de lo que se piensa, ante la disminución en cerca de un 22% de la masa obrera europea en el Siglo XIX, los salarios aumentaron de forma muy significativa y ante el aumento de la productividad en el Nuevo Mundo, los salarios reales de los trabajadores emigrados pudieron sostenerse en un límite similar al aumento que gozaron los trabajadores europeos.

La globalización, entendida como libre tránsito de capitales en dirección Norte-Sur es insostenible a largo plazo -como no parece querer ver Anónimo, ciñiéndose a unas posturas meramente destructivas del sistema librecambista- en tanto no se liberalice, también -y progresivamente- el flujo de migraciones humanas y de productos en dirección Sur-Norte. Uno de los grandes males de la globalización actual -aún con algunos de sus beneficios descritos muy sucintamente- es el flujo de capital excedente de Europa hacia sus antiguas colonias mientras que éstas ya no poseen una reclamación efectiva de capital sino que, al contrario, desean exportar la mayor parte de manufacturas posibles y ampliar su mercado, tal y como hizo Europa a lo largo del Siglo XIX y primera mitad del Siglo XX.

En tanto que el flujo de personas, capitales y productos no se liberalice de forma indistinta en ambas direcciones, probablemente la Globalización siga reduciendo la pobreza en distintos frentes globales pero, a largo plazo, llegaremos a un nuevo 'crack' del sistema por la existencia inenarrable de una gran masa de pobres que se han quedado al margen de la globalización. Aquellos países que no se integren antes de que sea demasiado tarde en el tren de la globalización probablemente acaben como las reservas de salvajes descritas en 'Un Mundo Feliz' y, ¿acaso es ello conveniente para la propia globalización? Otro día hablamos, si queréis, de las posturas relativas a la pobreza y a las formas de salir de ella de aquellos países sin una ventaja comparativa clara.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Y al tercer día, resucitó

Nadie daba un duro ya por él cuando emergió de entre sus cenizas, cual ave fénix, para imponerse a los fariseos que descorchaban botellas de champán ante su fracaso más absoluto. Pero, obrando el milagro como lo hizo cuando Lázaro se levantó, ahora de nuevo está entre nosotros esperando a que, de una vez por todas, se construya sobre sus firmes cimientos.

El 'Bretton Woods II' se alza con la victoria del sentido común y de lo que se lleva exigiendo desde hace décadas por parte de los defensores de una globalización distinta a la que se estaba llevando hasta el momento; la globalización de la socialdemocracia, del proteccionismo brutal de los países desarrollados y de la defensa de los derechos superiores de los trabajadores de estos países frente a los de los países en desarrollo. En definitiva, la globalización de la élite proletaria y de la élite oligárquica, la globalización de los empresarios inútiles e incapaces de leer el mercado. (Pequeña aclaración: estos empresarios sí llevaban a cabo la contradicción fundamental del capitalismo rebatida eficazmente por Friedman y otros pensadores liberales).

La cumbre finaliza con dos conclusiones necesarias y complementarias: mayor supervisión del mercado -que no regulación- y una profundización en las tendencias establecidas en la Ronda de Doha que culminarán, si Dios quiere, con la implantación definitiva del libre comercio mundial. Los beneficios del libre comercio mundial y de sus ventajas comparativas han quedado desgranados, pero este beneficio tiene mucho que ver con la rebatida teoría de la contradicción interna del capitalismo. La idea fundamental esgrimida por keynesianos y marxistas en la misma dirección es que el capitalismo tiende a acumular la riqueza en unas pocas manos debido a la idea oligárquica del propio sistema. Los pensadores liberales de la segunda mitad del Siglo XX fueron capaces de rebatir el absurdo.

Para entendernos, la idea fundamental es que la intervención -en el caso keynesiano- y la sustitución del sistema es necesaria porque el sistema tiende, inherentemente, a que la riqueza se concentre en pocas manos y que, por tanto, el nivel adquisitivo de la población se va reduciendo al ínfimo posible necesario para la supervivencia -es sorprendente ver cómo se adopta a Ricardo por parte de los críticos, precisamente- y que por tanto el capitalismo sólo puede funcionar ayudando a ricos y oligarcas a seguir produciendo para sí mismos. A lo largo de la historia se ha demostrado que dicha afirmación es errónea. Fue Henry Ford el que diseñó un automóvil de una calidad bastante buena y de un precio adquisitivo, reduciendo costes al máximo posible y pagando generosamente a sus propios empleados. Esto se extrapola al comercio.

Es evidente que el libre comercio, si no se parte de una relativa igualdad de partida, puede generar desequilibrios temporales. Los trabajadores del Primer Mundo deberán olvidar su absurda defensa de ¿derechos? brutales a merced del proteccionismo brutal. Es el agricultor español cuyo líder espiritual es José Bové el que impide, con su PAC y su proteccionismo el que un agricultor marroquí pueda disfrutar de beneficios, de mejorar su nivel de vida y de mejorar su producción. Son las fronteras económicas -que deben comenzar a ser derribadas- y las fronteras nacionales -que deben también, a largo plazo, ser eliminadas- las que impiden ese progreso económico de PED y PND.

Las limosnas cerriles de la socialdemocracia no confluyen con un principio de liberalismo utilitarista: mayor bien posible para la mayor gente posible. Seguimos adoleciendo de posturas ortodoxas en temas de comercio, tremendamente influenciados por lo políticamente correcto del 'altermundismo' -¡como si yo no quisiese otra globalización marcadamente liberal y coherente!- y nos limitamos a debates ideológicos mientras día a día, año tras año, el proteccionismo se lleva por delante 200.000 millones de dólares, el triple de lo que el Primer Mundo destina a ayuda al desarrollo.

No nos podemos olvidar del papel del Estado en este nuevo mundo que se abre ante nustros ojos pero yo hoy tengo esperanza, tengo la esperanza de ver a lo largo de mi vida un país mundo, un país donde yo pueda colocar mi dinero donde me dé la real gana, comprar donde me dé la real gana y vender donde me dé la real gana sin tener que darle explicaciones a nadie que se cree con autoridad moral superior a mí. Tengo la esperanza de saber que todos estaremos vigilando que se cumplan las reglas del mercado y tengo esperanza de ver un mundo mejor.

Un último aviso a navegantes: "Quien renuncia a libertades fundamentales para ganar un poco de seguridad transitoria, no merece la libertad ni la seguridad." Benjamin Franklin.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Nuestra...propiedad

Aviso: la entrada de hoy es trascendental. Si había algún navegante habituado a soportar mi retórica oscura y pesada hablando sobre temas políticos y poniendo a caldo a este país, puede darle a "Atrás" en el navegador.

El otro día ocurrió que un amigo cometió la perfidia de ver cómo su preservativo se rompía en una relación sexual, ante el imperdonable error de no acudir a un centro de planificación familiar o a urgencias a solicitar la 'píldora del día después', tenemos ahora la cuestión de si próximamente tendré a un amigo padre o no. En ascuas estamos cuando me dio por reflexionar acerca de los hijos. La paternidad es bonita, pensaba. ¿Por qué no? Has cumplido el objetivo fundamental de esta vida, expandir tu semilla y estirpe en la especie. Al fin y al cabo somos animales.

Pero...pensaba cómo ser un buen padre. Habitualmente a esta edad achacamos a cualquier figura de autoridad multitud de defectos. Y entre los defectos habituales a esta edad nos encontramos con el que achacamos a la figura paterna -y materna, claro; pero empleo el término paterno para hablar de padres, indistintamente al género- destaca principalmente la imposición de normas y reglas. Rechazamos cualquier tipo de autoridad y de marco de sentido común más allá del que nos autodeterminamos a nosotros mismos. Somos, pues, el exponente del individualismo elevado a su máxima exponencia. Esta cuestión es bastante curiosa y me gustaría desarrollarla en futuras entradas.

La cuestión deriva en que realmente, adultos y adolescentes no nos solemos situar en la horizontalidad necesaria para un diálogo. La verticalidad y la idea de posesión de nuestros hijos impide, cada vez más, la recolección del diálogo intergeneracional. Arrastrando la concepción de paternidad de toda la Historia y de toda la Humanidad hemos adquirido el hábito de decir "mi hijo" y, al ser "mi hijo" tengo derecho a todo de él, a que me obedezca en absolutamente todo y que asuma todos mis valores, preceptos y gustos. Si es posible que "mi hijo" me salga tal cual yo quiero, cual burda copia de mí; seré feliz.

Esta concepción de la propiedad de nuestro hijo se manifiesta en multitud de aspectos cotidianos de nuestra vida. Nos escandalizamos al ver contenidos sexuales a las seis de la tarde, ignorando los contenidos violentos del telediario. Nos escandalizamos de que la juventud haga botellón, ignorando los precios a pagar en bares y discotecas -amén de la dudosa calidad alcohólica de las bebidas servidas-. Aspiramos a controlar, tutelar, dirigir a nuestros hijos sin solicitar, en la mayoría de casos; su mera opinión. En multitud de ocasiones los conflictos padres-hijos no se derivan de cuestiones fundamentales sino en cuestión de matices como horarios, amistades. En los casos que conozco, no se suele dudar de la autoridad paterna o de su importancia en el desarrollo de una etapa complicada de nuestra vida como es la adolescencia.

Este conflicto se extiende al instituto y a la concepción que políticos y dirigentes tienen de la juventud. La concepción dirigista se plasma en la ausencia de una verdadera motivación por hacernos libres. La clase política hace suyo el lema nazi de "el trabajo os hará libres" y nos encauza hacia una especie de matadero social que supone nuestra incorporación al mundo de adultos. La exigencia de responsabilidades y obligaciones propia de gente adulta y madura se contrapone, como no podría ser de otro modo, con la negación de derechos fundamentales y la cesión del ejercicio de los mismos a la benevolencia de la burocracia de turno.

En general, la juventud sigue siendo propiedad de nuestros mayores. Los altos puestos de la Administración, las finanzas y, en definitiva, los círculos del poder están copados por una gerontocracia que por honores y prebendas se reserva tales sillones. La juventud es, al contrario, la 'muchachada' joven e inexperta que jamás sabrá nada hasta convertirse en ese reducido círculo de gerontócratas.

En definitiva, rompamos las cadenas de la propiedad de nuestra moral y nuestro futuro. La juventud, la 'muchachada' no está en manos ni de sus tutores ni de sus dirigentes. Somos el futuro de cualquier país y sin nosotros, cualquiera se derrumbaría. ¿Qué necesitan, pues, para que nos oigan de una vez?

Quizás, sólo quizás; tener cabeza.

martes, 11 de noviembre de 2008

Pero...¿ha ganado Obama?

No sabía que había ganado alguien que supone la Anunciación del Cambio Histórico, del Mesías que convertiría el Imperio en un reino mágico y místico en el que todo el mundo podría echar mano de él para cualquier problema, por nimio que fuese. No, en realidad ha ganado el candidato del Partido Demócrata que, entre otras cosas, es negro. ¿Y bien? En sus primeras decisiones como Presidente electo que ha filtrado a la prensa se detectan algunos cambios como el de Guantánamo -sí, es algo bonito pero...¿de verdad afecta al mundo entero?- y cierta amplitud de miras a la hora de enfocar la victoria lograda.

El 'buenismo' español se enzarza en un debate de datos históricos que les sirvan para ponerse en sus nicks de MSN -juro que he visto nicks de MSN con "Obama: el Presidente más votado de la Historia de los Estados Unidos"- o para demostrar su superioridad moral al respecto de ese embate de la ultraderecha 'yankee' -entroncada, como no podía ser de otro modo, con esos pérfidos del Partido Popular- que era McCain. El jolgorio es absoluto, finalizaron ocho años de mandato de George W. Bush -y yo me alegro tanto como ellos, por distintos motivos- y al fin Zapatero tendrá las puertas de la Casa Blanca abiertas...o al menos eso se vende.

Pero seamos claros, tanto Obama como McCain no diferían tanto en sus propuestas sustanciales. Partido Demócrata y Partido Republicano son el máximo exponente del bipartidismo anglosajón y en cuestiones fundamentales hablamos de diferencias de matices, de diferencias en la forma de comunicarlo a la Nación americana y al resto del mundo. La victoria de Obama ha sido saludada desde todos los altavoces de la progresía cerril y desde ambientes izquierdistas. ¿Viva el proteccionismo brutal de la economía norteamericana? Hispanoamérica podrá seguir viendo vetado su libre comercio con la potencia del norte y, así el 'buenismo' tendrá sus excusas para achacar la pobreza del patio trasero al Imperio.

Con Obama tendremos más de lo mismo, otro JFK al que soportar su excelente oratoria y su gran márketing. ¿Cambiará el mundo? No, y con un poco de suerte -irónico, ¿eh? no se me echen al cuello-, quizás asesinen a Barak Obama y el progresismo cerril tenga otro icono al que echar mano y así, justificar su altar divino del 'todo debe cambiar para que no cambie nada'.

Ya lo dice 'De Frómista a Kyoto': "Don't blame me, I voted for Ron Paul".

lunes, 10 de noviembre de 2008

Dos más

Sí, siguen cayendo españoles en Afganistán. Dos españoles muertos a manos de esa "lucha contra el terrorismo" que en unos lados es lícita y en otros no lo es. Nunca fui partidario de la 'Guerra de Irak' que se ha demostrado ineficaz para combatir el peligro fundamentalista en Oriente Medio -sí me he mostrado muy crítico con las sucesivas mentiras vertidas sobre el PP y su decisión- pero, la hipocresía con la que se afronta la 'Guerra de Afganistán' sigue siendo sangrante.

¿Hasta cuándo seguiremos soportando la incompetencia de nuestros gobernantes?