lunes, 20 de abril de 2009

Cajón desastre

Ahora que tan de moda está el debate sobre las pensiones, ¿por qué no dejar al lado los estereotipos ideológicos y cualquier clase de prejuicios? Ni las transferencias públicas son, de entrada, lo más lógico y deseable; ni la inversión privada solventa de golpe y porrazo la actual situación en la que nos encontramos. Los problemas que más saltan a las mentes de cualquiera al que le hablen sobre el tema suelen centrarse en el aspecto demográfico. "Pues oye, que cada vez hay más viejunos y la cosa está chunga".

Ojalá fuese todo tan "simple".

El problema no es sólo la inversión de nuestra pirámide demográfica -como ocurre, por otra parte, en la mayor parte de los países desarrollados- sino la pervivencia de una serie de estructuras de protección social propias de un país con una población y un sistema económico muy distintas a las de hoy en día. Un zombie -aunque vive con algún otro- en un país que ha ido desarrollándose como nunca antes. Entre otros aspectos podríamos hablar del modelo de cotización, el rendimiento de la misma y la injusticia que se produce en las formas de cálculo de la base.

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Continuando con lo que decíamos el jueves pasado, sobre el arte -y de paso publicitar un rato esto- decir que sí he acudido a exposiciones en las últimas semanas. La Casa Encendida -yo decía Encantada, ya me vale- tiene una exposición sobre fotografías de NY digna de irse a ver. No entré a la de Artaud porque no me motivaba demasiado, pero después subi andando hasta el Reina Sofía, en la que me centré sobre todo en la parte de fotografía (planta 1). Después de salir a la Plaza de Carlos V, leer un rato un libro al Sol y charlar con un argentino loco que pinta azulejos con las manos -preciosos, por cierto- acudí a El Prado, con la esperanza de ver la exposición sobre Bacon pese a que inicialmente no me llamaba demasiado la atención. La cola que había era monumental, aunque 'mea culpa', hubo oportunidades anteriores y tuve que ir el último día de exposición.

Visto lo cual marché al museo de La Caixa, donde después de permanecer 'helado' en la sección de arte contemporáneo -¿alguien me explica qué Belleza evoca una piel de cerdo frito con ruedas a modo de monopatín?- pasé a ver la colección de Maurice de Vlaminck. He de confesar que me encantó. La sencillez y pureza en los colores me encandilaron, pasé un poco de puntillas por la parte de cerámica y máscaras, pero he de decir que un cuadro de una huerta, -¿"En la huerta de mi padre", puede ser?- me tuvo cinco minutos quieto frente a él.

Después de lo cual estuve perdiéndome un rato por el centro de Madrid, dejándome atrapar por esas callejuelas empedradas antes de volver al bullicio de Sol para bajar hasta Príncipe Pio por la Gran Vía y Callao.

¿Más arte? Teatro. Me reí bastante con "Cianuro, ¿con o sin leche?"; de un humor bastante absurdo y difícil de tragar al principio pero con un buen regusto final. Además, los actores, pese a ser aficionados, no lo hacían nada mal. Me habría gustado ir a ver 'Tannhauser' a la ópera, pero uno es pobre y nadie quería acompañarle. Quizás demasiado excéntrico.

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Por último, en la sección de humor de hoy, tenemos a Rouco Varela. Aparte de lo impagable de las declaraciones, con ese lenguaje absurdo que a veces caracteriza a la Iglesia, si habéis oído una risotada enorme; ha debido de ser la mía al leer la noticia. ¿De verdad no tienen otro modo de atacar la reforma del aborto? ¡Creo que debe haber muchas y mucho más razonables!

2 comentarios:

Miguel dijo...

Comentaré sólo de Arte, materia en la que estoy más cómodo. El Fauvismo de Vlaminck realmente merece la pena contemplarlo con tiempo; hay numerosas referencias a otros autores como Cézanne o Picasso (aunque diga que no). spero que te gustara el vídeo con las declaraciones del autor. Es una pena que no te diera tiempo ir a ver a Julio González en el Reina: junto a Brancusi es uno de los grandes revolucionarios de la escultura de la primera mitad del pasado siglo. En el Prado, además de Bacon hay una Sala-Exposición de pintura Prerrafaelita impresionante. Y, por último, la programación de la Casa de la Ronda de Valencia siempre tiene actividades de interés.

¡Qué pena que te desilusionara la Colección de Arte Contemporáneo de la Caixa! Aunque no lo creas, hay obras de mucho interés. Habrá que comentarlas con deteniniento.

La ópera es magnífica. Ya está disponible el avance para la temporada del año que viene. Merece la pena ir al menos una vez y conocer el remozado teatro. Además, sacando las entradas con tiempo, hay localidades a precio y visión razonables. También habrá que puntualizar al respecto.

Saludos.

Alberto Fernández dijo...

Tannhauser estubo muy bien sinceramente. El tenor y la soprano cumplieron sus papeles de forma profesional pero sin ningún alarde meritorio. Una excepción: el barítono en el papel de Wolfram von Eschenbach cuando interpreta " O du mein Holder Abendstern", justo de la preciosa aria "All mächt'ge Jungfrau." También el coro merece una mención.

La interpretación musical a cargo de Jesús López Cobos, gran conocedor de la ópera alemana y sobre todo de Wagner. Su dirección de la famosa obertura fue increíble.

y sin traspasar los límites de lo correcto. Aquí tiene usted a un voluntario para futuras óperas, teatros, visitas a museos. Sé muy bien lo que es asistir sólo a esos eventos, pero no a todos nuestros amigos les gustan esos antros de mala muerte cultural. :D

Saludos.